miércoles, agosto 30, 2006

Magullarse



Prólogo: Esta entrada en principio fue escrita el 23 de junio del 2006, en otro blog, pero me ha parecido interesante recuperarla, ya que escribo demasiado poco sobre mí, hecho que me gustaría cambiar.

El lunes pasado ensayamos mas para una exhibicion de Taekwondo (que será el sábado 24), y cuando tenía que hacer un salto con 3 patadas, se me ocurrió decirle a mi maestro que si en lugar de eso hacía una voltereta en el aire. Me dijo que lo intentara y eso hice, intentarlo 3 ó 4 veces y descubrir que no es tan fácil, o por lo menos no me lo pareció U^^
Cuando terminó la clase saqué una colchoneta e intenté hacer el salto del tigre (un salto con una voltereta en la caída) por encima de ella. Poco a poco iba cogiendo distancia, aunque también me hacía daño al caer en la cabeza (hay que apoyárse mejor con las manos).

Y llegó martes, que tenía agujetas y todavía me dolían los golpes, y me fui a patinar sobre hielo a Elche. Me lo pase muy bien, pero son imaginables las veces que me pude caer...
Así que salí de allí con ganas de poca marcha, después de más de 3 horas patinando.

Al llegar a mi casa tenía los tobillos rozados por los patines y un dedo con un pelado. Pero el súmmum del día fue que al bajar del autobus me resbalé en las escaleras y las bajé con las costillas, por lo que tengo una gran pupa en la espalda y una nalga negra del moratón.
El estruendo sería bastante (no puedo saberlo porque llevaba el mp3), porque hasta el conductor bajó para acercarse a preguntarme si me había hecho daño, a lo que yo le respondí: "Sí, pero ya se me pasará", y me fui.
De verdad que a veces mis improvisaciones me cautivan...

Mi madre me curó la espalda, y cuando me fui a curar yo el pie, agarré el agua oxigenada y un algodón, mojé el algodón y me lo puse un poco en la herida.
¡Era impresionante, imposible que eso escociera tanto! Debería estar acostumbrada a ponerme agua oxigenada en heridas, pero aquello era inhumano y no entendía porqué ¿?
Cuando se me pasó el escozor, agarré de nuevo el bote para ponerme un poco más (aunque me costó decidirme), y entonces me cosqué de que me había puesto alcohol 96º. Ja, ja, ja...

Entonces me acosté y me dormí como pude. El dolor de la espalda era horrible.

Ayer miercoles tenía bastantes agujetas, pero la espalda me dolía menos. Menos mal, porque tenía que ir al gimnasio otra vez... Así que fui a cansarme un poco bastante y a practicar, con lo que me encontré con unas cuantas tortas más practicando la voltereta [...]
Una de las veces resbalé al impulsarme en los escalones humanos (humanos, así es) y salí despedida verticalmente sobre ellos, dando un planchazo sobre el tatami bestial. Todo el mundo se estaba riendo xD y yo también, por supuesto, creo que hasta tenía la sonrisa puesta mientras volaba ^^
Afortunadamente solo me dí un pequeño golpe con los dientes en el labio. Hoy ya se me ha pasado.
Se me ocurrío pedirle algún consejo a mi maestro para dar bien la voltereta, a lo que me respondió: "Cae de pie". Bueno, a veces pienso que el Taekwondo es el deporte más humorístico de todos, siempre ocurren cosas graciosas :)

Así que ahora mismo, en general, tengo un dedo del pie bendado, los tobillos morados, muchísimas agujetas en los brazos, en los empeines, en los abdominales laterales (¿de los golpes?) y en el cuello, me duele el morado del culo, se me está haciendo una super pupa en la espalda, me duelen las costillas de los golpes, por alguna razon me duele una rodilla, creo que en un tendón, y menos mal que se me ha pasado el dolor de cabeza de practicar el salto del tigre U^^

Siempre estoy haciendome heridas y daño por todo el cuerpo, pero me pregunto por qué nunca me he roto nada ni he tenido lesiones graves.
Estoy tentando la suerte?
A ver si por lo menos esto me sirve para hacerme más fuerte.

martes, agosto 29, 2006

Una mirada



Había determinado que me gustaba pasearme por la calle con una mirada firme.
Tengo entendido que hay personas a las que les gusta mirar con cierta superioridad y pretenden hacer que cualquier otra mirada que se cruce con la suya, se aparte.

Eso es lo que pretendía, buscar a esas personas y no apartar una mirada firme que no teme a la suya, no se doblega.

¿Pretendo darles una lección o quiero ver de lo que soy capaz?
Aunque me gustara, algo me hacía no estar agusto en tales situaciones.

Hoy me he cruzado con una persona que me ha parecido familiar, aunque no la he reconocido. Me ha mirado con un ceño desfruncido, unos ojos vivos y una simpática sonrisa.
Yo tenía la expresión que venía siendo habitual cuando paseo sola; la cabeza un tanto declinada, las cejas ligeramente apretadas y una impresión ausente de sentimientos.

Por un segundo nuestras miradas han permanecido encontradas, y mientras me preguntaba si nos conocíamos de algo, me he sorprendido y he apartado mi mirada.
He sentido que no debía de ponerle una expresión tan fría e insensible, he sentido su mirada sobrecogedora y simpática, y a la vez me he sentido bien, por recibirla, y mal, por no haberlo comprendido antes.

Esa expresión es más fuerte que una firme o de superioridad. Doblega a las impuras y recompensa y reconforta a las tristes, solitarias, inseguras, temerosas y simpáticas.

Quizás aquel chico sólo estaba recordando algún bonito recuerdo o realmente nos conocíamos y se disponía a saludarme, pero me ha dado un bonito regalo y, si nos volvemos a encontrar, me gustaría recompensarle con mi mejor sonrisa.